El nombre de Carme Chacón hoy ayuda a salvar vidas.
Un año después, el nombre de Carme Chacón ayuda a salvar vidas.
La Fundación Carme Chacón lucha por mejorar la calidad de vida de la infancia, con unos principios fundacionales en los que Carme Chacón creía inspirados en la justicia social, en la salud y la cooperación internacional, y en la asistencia a niños y niñas con cardiopatías congénitas de cualquier latitud, raza, cultura o religión.
Hoy, 17 de julio, se cumple un año de la primera operación llevada a cabo por la Fundación Carme Chacón una cardiopatía congénita a su primera paciente, la niña Elisabeth Lee, de tan solo 2 años de edad. Llegó a España desde Panamá, acompañada de su madre, Ginoska Mora, y fue operada en el Hospital Universitario Quirón Dexeus, en Barcelona, por el equipo del Dr. Abella. Hace unos días, cumplía tres años en su país natal, recuperada totalmente, y llevando una vida normal como cualquier otra niña.
Actualmente, mueren más niños por cardiopatías congénitas en el mundo que por causa de las guerras o el COVID-19. Una gran parte de estos niños no pueden ser tratados en sus países por falta de recursos, y este hecho convierte esta enfermedad en una de las principales causas de mortalidad infantil en el mundo.
La Fundación Carme Chacón tiene 4 líneas de actuación fundamentales: asistencia a niños y niñas que no tengan posibilidades de iniciar un tratamiento en sus países de origen, investigación en cardiopatías congénitas, formación de cirujanos y cardiólogos, y promover la creación de recursos materiales, tecnológicos y humanos para aminorar los efectos de esta patología y mejorar la calidad de vida de los niños.
Nacen cerca de 1 millón y medio de niños al año con esta afectación del corazón en todo el mundo. “Una gran parte de estos niños no pueden ser tratados en sus países por falta de recursos, y lo convierte en una de las principales causas de mortalidad infantil”, afirma el Dr. Raúl Abella, presidente del Comité Científico de la Fundación, director del Centro Internacional Cor de Barcelona (CICB) y jefe de servicio de Cirugía Cardiovascular Pediátrica del Hospital Universitario de la Vall d’Hebron, para concienciarnos que estamos delante de una emergencia silente que mata a más niños en el mundo por esta causa, que debido a las guerras o el COVID-19. “A pesar de ser una de las enfermedades con mayor tasa de mortalidad infantil, es también una de las más evitables, porque la mayoría son operables si se tienen los medios humanos y recursos técnicos para hacerlo”. Las cardiopatías congénitas afectan en el mundo cada año a 8 de cada 1.000 niños nacidos vivos. Un total de 5.000 en España.