Hoy os presentamos al Dr. Federico Gutiérrez-Larraya Aguado, miembro del Comité Científico de la Fundación Carme Chacón, que está formado por un total de veintisiete cirujanos y cardiólogos pediátricos de hospitales de reconocido prestigio en España, Reino Unido, Países Bajos, Italia, Suiza, México, Perú y Brasil, entre otros países.
El Dr. Gutiérrez-Larraya tiene un extenso bagaje profesional y académico. Actualmente, es el máximo responsable del Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, y en elHospital Ruber Internacional, Grupo CorAll en Madrid. Además de su especialidad en Cardiología Pediátrica, posee varías maestrías, en Dirección de Organizaciones Sanitarias por ESADE, y en Dirección y Gestión de Servicios de Salud por el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social.
Hace unos años, en 2016, en unas declaraciones a la revista Gaceta Médica, explicaba que junto a otros doce médicos, cuarenta enfermeras, y entre seis y doce residentes, atendían a diez mil pacientes y realizan cuatrocientas intervenciones al año. Y resumía así cómo era una jornada laboral, “tenemos reuniones muy temprano para programar el día. A las ocho de la mañana ya estamos calentando la sala de cateterismo, se está preparando la enfermería, la anestesia, etc. y trabajamos duro hasta mediodía, paramos, revisamos todo lo que hemos hecho, reflexionamos, y por la tarde seguimos igual”.
En esa misma entrevista, el Dr. Gutiérrez-Larraya, explicaba que “las cardiopatías congénitas más frecuentes son las comunicaciones entre aurículas, que no se presentan en las primeras etapas de la vida sino que lo hacen más adelante, y las podemos cerrar de forma eficiente, dejando corazones normales. Después estarían aquellas comunicaciones entre los ventrículos, que son más tediosas. Ahí tenemos una serie de mecanismos para prever en cuáles no debemos hacer nada y en cuáles debemos actuar. Las actuaciones también son muy favorables porque dejamos nuevamente corazones normales. Por otro lado, están las comunicaciones entre las distintas arterias (aorta y pulmonar). Éstas dan la lata enseguida y tenemos que actuar con celeridad para que no se conviertan en enfermedades del corazón y de pulmón, que es lo peligroso”.
ecientemente, los medios de comunicación también se hicieron eco de unas declaraciones suyas en las que manifestaba categóricamente que “las cardiopatías congénitas no son un factor de riesgo para padecer una infección severa por COVID. El riesgo general para los niños es menor tanto en lo relativo a la incidencia como a la gravedad del cuadro en caso de desarrollarlo”. Además de la situación cardiológica, son extremadamente importantes otros factores como los familiares, los sociales y los escolares, transporte, situación epidemiológica general y local para indicar la excepcional medida de no acudir al colegio.
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